EL MEDIO AMBIENTE EN EL CINE AMATEUR, POR DOMINIQUE VOYNET, DIPUTADA DE LOS ECOLOGISTAS DE LA 2ª CIRCUNSCRIPCIÓN DE DOUBS, EXMINISTRA DE PLANIFICACIÓN TERRITORIAL Y MEDIO AMBIENTE

El medio ambiente se ha convertido en un asunto político, en el sentido noble del término, que apela a nuestro estilo de vida, de habitar, consumir, desplazarnos… en un momento de cambio climático, con las inundaciones de Valencia o el ciclón Chido, ambos fenómenos acaecidos en 2024. Los estigmas de nuestro mal (desarrollo) son visibles en todas partes: expansión urbana, zonas comerciales, encauzamiento de los ríos, actividad minera, agricultura intensiva, océanos de plásticos…

Cada uno de nosotros mantiene un vínculo singular y sensible con la naturaleza. Se trata de aguzar nuestra mirada y recuperar la intención y el afán de actuar… Las películas de aficionado nos brindan una visión única de la manera como los habitantes viven su territorio y reaccionan a las catástrofes, cómo se comunican con la biodiversidad animal y vegetal, cuando estamos viviendo un nuevo periodo de extinción masiva de especies, cómo perciben la destrucción de un ecosistema bajo toneladas de cemento en nombre de la modernidad o del crecimiento económico...

Estas películas describen situaciones muy reales, constituyen un fragmento de memoria y muestran el impacto del ser humano, audaz a veces, destructor (a menudo) o protector (rara vez). Nos dicen que debemos empeñarnos en cambiar nuestra práctica en materia de planificación territorial, que debemos modificar nuestro estilo de vida, no para «salvar el planeta», que no nos necesita para eso, sino para conseguir que siga siendo acogedor y vivible.

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Una selección propuesta por los miembros de la red Diazinteregio:

Las películas sobre inundaciones, ya sea en Inondations à Chartres (Ciclic) o también en Vacances 1963 (Filmoteca de Saint-Étienne), ilustran la violencia de las catástrofes naturales. El cineasta aficionado se convierte entonces en testigo de un acontecimiento y se sitúa como observador de sus consecuencias. Estas películas nos recuerdan que la humanidad se enfrenta desde hace ya mucho tiempo a condiciones climáticas que pueden convertirse en extremas. Las Grandes Inondations à Nancy (Image’Est), registradas en 1947 por Marcel Roung, muestran la ciudad sumergida y son un testimonio impresionante de un diluvio que obliga a los habitantes a desplazarse por una ciudad inundada.

La relación entre el ser humano y la naturaleza es otra temática recurrente. En Le vétérinaire en son milieu (Cinéam-Memoria fílmica de la Isla de Francia), la cámara captura el complejo vínculo entre los seres humanos y los animales. La película muestra escenas de los cuidados proporcionados a los animales domésticos, pero también la convivencia íntima con animales salvajes. Esta relación, ambivalente a veces, cuestiona nuestro lugar en el mundo animal.

La película Belles images du Ried (MIRA), por su parte, ilustra una región natural, el Ried, zona inundable de Alsacia moldeada por los caprichos del Rin. Pierre Schmidt, médico apasionado de la naturaleza, nos brinda una mirada íntima al ecosistema único de esta región, un paraíso para la fauna y la flora locales. En los años 1960, cuando la agricultura de producción masiva empieza a invadir las tierras fértiles de la región, Schmidt cobra conciencia del peligro que implica esta transformación para los paisajes naturales. Su objetivo de aficionado consigue capturar toda la belleza y la fragilidad del ecosistema del Ried.

En su película Les 4 saisons à Bois d'Amont – L’hiver (OFNIBUS), resultado de 10 años de rushes, el cineasta nos entrega su visión de la estación invernal en el corazón de uno de los espacios más fríos de Francia, en la frontera entre Doubs y Suiza. Dichas imágenes muestran el rigor de los inviernos, el hielo, las tormentas y la espesa capa de nieve, junto con la resiliencia de los habitantes. En cientos de bobinas documenta los cambios de estación, la fauna, la flora, así como los gestos y costumbres que marcan el ritmo de la vida local. Las acrobacias sobre el lago helado, el grosor de los muros de nieve y la perseverancia del cartero desafiando la intemperie, testimonios todos ellos de la vida al ritmo de las estaciones.

Las películas de aficionados capturan también la creciente preocupación ligada a la ecología y a la contaminación. Pour que vive l’eau (Filmoteca de los departamentos de Saboya y del Ain) ofrece un testimonio de los efectos desastrosos de la contaminación del agua por la acción humana, como el vertido de productos químicos en el lago de Annecy, y cómo estos gestos pueden alterar el equilibrio frágil de un ecosistema. La película subraya la toma de conciencia colectiva y las acciones concretas adoptadas para restaurar la pureza del agua y recuperar los paisajes.

El espectador se ve inmerso en la vida cotidiana de los hombres y mujeres que se enfrentaron a la marea negra del Torrey Canyon en abril 1967 en la película sin comentarios La lutte des enfants, des femmes, des hommes contre la marée noire (Filmoteca de Bretaña). Este naufragio, la primera gran catástrofe ecológica que golpeó a Bretaña, dio a conocer el trabajo ingrato y difícil de la población local. Las imágenes dan fe del sufrimiento y de la solidaridad de los habitantes, unidos en su lucha contra los estragos provocados por el petróleo que mancha las costas.

Residente desde el otoño de 1975 en una casita situada en una aldea sita entre Doudeville (76) y Saint-Valéry-en-Caux (76), fue en condición de vecino como Jean-Marie Hamard, estudiante de Letras modernas, acudió a manifestarse los días 25 y 26 de junio de 1977 en Paluel, empuñando la cámara prestada para la ocasión Paluel (1) (Normandie Images). La manifestación de Paluel se inscribe en una voluntad de coordinar la protesta antinuclear. El mismo día tenían lugar manifestaciones antinucleares en Gravelines (59), en Nogent-sur-Seine (10) antes de las concentraciones previstas durante el verano en Flamanville (50), Gerstheim (67) o Naussac (48), con un punto culminante en Larzac el 14 de agosto.

Otros testimonios como Aéropolis Paris-Beauvais (Archipop), que trata de la remodelación del aeropuerto de Beauvais, describen las consecuencias de la urbanización sobre el medio ambiente, en un contexto donde las preocupaciones ecológicas quedan eclipsadas por las ambiciones económicas. La película data de 1996 y pone de relieve la utopía de un futuro que no toma seriamente en consideración los retos medioambientales.

Por último, algunas películas amateur tratan de la ecología y los retos ligados a la transición energética, así como al ecofeminismo, ofreciendo una perspectiva única y a menudo visionaria sobre los desafíos medioambientales contemporáneos. Estas películas no se limitan a dar testimonio de los problemas a los que nos vemos confrontados, sino que también ofrecen pistas de soluciones que combinan innovación, cooperación y visión del futuro a largo plazo.

ENTRE2PRISES Métiers – Transport et traitement des Déchets (Fundación Autrefois Genève) es un ejemplo de esta alianza entre competencias antiguas y tecnologías modernas. La película destaca la producción de electricidad en la presa de Verbois y el auge de la energía solar. Nos sumerge en un universo donde la transición energética no es solamente una necesidad técnica, sino también un imperativo social y medioambiental. Esta película, rodada en 2021, atestigua el modo en que la adaptación tecnológica y la cooperación europea pueden converger de cara a construir un futuro más duradero, reconciliando desarrollo económico y respeto del medio ambiente. El ecofeminismo, una corriente de pensamiento que liga las luchas por los derechos de las mujeres con las de la protección del medio ambiente, también se pone de relieve en la película Femmes et éco-développement - Nairobi juillet 1985 (Centro Audiovisual Simone de Beauvoir). Esta película capta la conferencia de las Naciones Unidas en Nairobi, donde tres mujeres, una educadora en medio ambiente, una investigadora en ecología y una ingeniera agrónoma, conversan sobre los recursos naturales y los ecosistemas. Estas figuras emblemáticas del ecofeminismo son las primeras en articular las problemáticas medioambientales con las luchas por la igualdad de sexos, tratando de frenar la destrucción del medio ambiente a la vez que reforzando el papel de las mujeres en esta dinámica de conservación.